En la vida y obviamente en los
negocios, casi nada sucede al azar. Todo es consecuencia de una serie de
acontecimientos y decisiones que se han producido (o dejado de producir) en el
pasado. Mirando hacia atrás se podrá reconstruir una cadena de hechos (algunos
que controlamos y otros que no) que nos han llevado a la situación y
circunstancias actuales.
Es bueno que pensemos que lo que
sucede en el futuro dependerá de lo que planifiquemos, hagamos y decidamos hoy.
La pregunta que debemos hacernos
será ¿Es factible permanecer sin una planificación y dejar que los hechos
acontezcan por azar?
Cuanto mayor sea la incertidumbre, mayor (y no menor) será nuestro
esfuerzo para anticipar escenarios.
Algunos pequeños y medianos
empresarios suelen encontrar diversas razones para no planificar:
·
Falta de tiempo
·
Resultado incierto
·
Escaso interés en compartir información de la empresa
·
Falta de conocimientos especializados
Lo que los productores o
empresarios no saben es el costo oculto que significa no planificar:
· Tiempo perdido dedicado a “apagar incendios”
·
Cambios permanentes en la forma y distribución de las
tareas a efectuar
·
Gastos compulsivos e incoherentes
· Oportunidades de negocio desaprovechadas
Esto lleva necesariamente a una
falta de consustanciación de los empleados con los objetivos de la empresa,
traduciéndose todo ello en pérdidas económicas.
Una adecuada planificación es la
forma más eficaz para controlar y dirigir una empresa por más pequeña que sea.
Planificar consiste en determinar
los objetivos y metas y la forma en cómo se alcanzarán o lograrán, mediante el
desarrollo de planes integrados. Mejora los sistemas, métodos y procedimientos
y es la base para la estructura de control.
Para ello es necesario organizar la
estructura del ente mediante la asignación de tareas o funciones, designando a
responsables de las mismas e impartiendo instrucciones lo suficientemente
claras para poder ser interpretadas por todos y cada uno de los integrantes de
la estructura y ser correctamente cumplidas.
Se debe lograr que la estructura funcione como un
sistema.
Una organización es una estructura
que permite a seres humanos trabajar juntos con efectividad, a saber:
La organización es un todo
Ese todo está formado por partes
Cada parte es compleja
Si integramos cada parte para formar
el todo y ponemos plan método y orden, la integración será total.
Si la integración es total cada
parte se relacionará con otra de la manera preconcebida, entonces habremos
logrado un sistema.
El sistema se consigue porque el
director o directores del todo tuvieron un enfoque mental, una manera de pensar
acerca de cómo se debe dirigir.
El sistema incluye procesos por los
cuales cada una de las partes se relaciona con la otra causalmente.
Lo contrario al sistema es el caos que significa desorden.
Una situación caótica es aquella en
la que todo depende de cualquier otra cosa.
No puede haber sistema a medias o
caos a medias o hay sistema o hay caos.
En un paso posterior habrá que controlar el cumplimiento del
plan trazado y, eventualmente, corregir las desviaciones.
Planificación en el sector agropecuario
El productor agropecuario es
sumamente competente en lo que respecta a la producción, se ha preocupado por
mejorar rindes en el caso de la agricultura, mejorar los kilos de carne producidos
por unidad de superficie en ganadería, etc..
Pero, los resultados económicos no sólo serán producto de la mejor
cosecha o la eficiencia en el engorde de animales, sino que también dependerán de la gestión de los
recursos de la empresa para dichos
fines:
Política de compras
Control de las finanzas
Forma y oportunidad de las ventas
Eficiencia de la mano de obra
Bastantes productores agropecuarios no llevan por escrito una planificación, pero todos reconocen que poseen planes operativos de corto y mediano plazo de un modo tácito, principalmente en cuanto a la función de producción.
La actividad agropecuaria tiene
riesgos climáticos, riesgos de precios (productor agropecuario no es formador
de precios, si bien puede vender toda su producción, lo hace al precio que determina
el mercado) y en nuestro país, hay que sumarle el riesgo de las políticas
económicas que, en su mayoría, no ayudan a la actividad sino todo lo contrario.
Ya mencionamos anteriormente que,
ante mayor incertidumbre, habrá una mayor necesidad de efectuar una planificación
y visualizar los posibles escenarios futuros.
Dentro de la planificación general, la planificación
financiera resulta fundamental en la actividad agropecuaria, dado que los
ingresos en general son estacionales y los gastos no lo son. Su ausencia no permite
aprovechar situaciones favorables, ante el cambio de los precios relativos;
como así también evaluar las condiciones de liquidez de la empresa.
Un alto porcentaje de ganaderos tienen tercerizada la venta,
dejándola en manos de comisionistas o consignatarios, lo que se traduce en un
incremento de sus costos y no le dan la importancia que se merece a la compra
de insumos y vaya si la tiene.
Por otra parte, el suelo debe tratarse como un recurso de
producción, es decir debe mantener su estructura y fertilidad a lo largo de los
años, a fin de no generar un costo oculto que se traducirá en menor producción
para el futuro. Mantener la sustentabilidad productiva en el tiempo implica un
incremento de costos por el agregado de fertilizantes o por rotación de
cultivos menos rentables; salvo que se opte por pagarlo con menor producción en
el futuro.
Además, existe un gran déficit en infraestructura en empresas
agropecuarias, principalmente en las instalaciones para trabajar con la
hacienda (alambrados, corrales, manga, cepo, cargador, etc.). Una buena
planificación sería deseable al menos para mantener en buenas condiciones
dichas instalaciones.
La pregunta que se deberían hacer
los productores sería:
¿Podría administrarse una empresa
sin la elaboración de un plan?
Obviamente que sí pero implica un mayor
riesgo. La planificación no garantiza el logro de las metas, sin embargo, minimiza
el margen de error.
El planeamiento es lo opuesto a la
improvisación, introduce orden y racionalidad al funcionamiento de la empresa, posibilita
asignar correctamente los recursos, permite bajar los costos, eliminar prácticas
obsoletas y la superposición de tareas.
Resulta por lo expuesto sumamente conveniente realizar un
Plan Productivo, un Plan Económico, un Plan Financiero y un Plan de Inversiones
e integrarlos en la Planificación General.
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