En un informe anterior habíamos visto porqué es necesario planificar y cuáles son sus ventajas.
Pues bien, el “Plan de Negocios” no es ni más ni menos que el documento a
través del cual se desarrolla y se comunica la planificación de una empresa.
Habitualmente las compañías realizan un plan de negocios cuando deben
presentarlo ante terceros (p. ej. entidades financieras), sin embargo, deberían
utilizarlo también en el ámbito interno como una herramienta de monitoreo de la
marcha de las operaciones comerciales.
El “Plan de Negocios” es un documento formal donde, en forma organizada y
coherente, se describen en detalle las acciones futuras que habrán de
ejecutarse para que, empleando los recursos disponibles o a obtener, se logren
determinados resultados y se establezcan las medidas necesarias que permitan
tener un control sobre ellos.
En definitiva, en dicho documento se expresa el proyecto estratégico de la
empresa y los lineamientos para ponerlo en práctica.
¿Cuándo se hace?
El “Plan de Negocios” debe realizarse y revisarse periódicamente (p. ej.
anual, trienal), y no sólo cuando hay que presentarlos a terceros.
Objetivos del Plan
El plan de negocios es una guía permanente, los objetivos deben ser
precisos, las metas cuantificables y las acciones definidas.
Va de suyo que habrá que buscar la eficiencia en el camino para cumplir las
metas, esto es determinar la mejor forma de utilizar los recursos en pos de
obtener los mejores resultados con las menores inversiones.
La “rentabilidad” no es una meta que se alcanza, sino una búsqueda continua
que requiere revisar permanentemente los objetivos y estrategias.
Contenido del Plan
Un “Plan de Negocios” debe incluir los siguientes aspectos:
Descripción de la empresa o proyecto
Análisis del mercado
Productos y Servicios
Marketing y comercialización
Operaciones
Gerenciamiento
Organización y Recursos Humanos
Recursos Financieros y uso de los mismos
Rentabilidad
Herramientas del Plan
Las herramientas del plan tienen por objeto expresar en términos monetarios
y por un período de tiempo determinado y futuro, el contenido de un “Plan de
Negocios”.
Las herramientas necesarias son:
Presupuesto de Ventas
Presupuesto de Costos
Presupuesto de Gastos
Contribución Marginal
Estado de Resultados Proyectado
Flujo de Fondos Proyectado
Punto de Equilibrio
El “Plan de Negocios” y la actividad
agropecuaria
Los grandes productores agropecuarios y también muchos medianos
productores, ya saben que sin un plan de negocios sus empresas no funcionan.
Pero, resulta difícil que los pequeños y no tan pequeños productores
adopten como norma la inclusión de un plan de negocios para su explotación
agropecuaria.
Las respuestas son variadas, entre las que se destacan
son:
“No necesito un plan de negocios en forma escrita (hoy en día mediante
medios digitales) porque el plan lo tengo todo en mi cabeza”.
“Para qué quiero un plan de negocios si luego el clima puede modificarlo
todo”
“Toda mi vida fui productor agropecuario y nunca necesité un plan de
negocios”.
Mi humilde observación a las mencionadas respuestas:
Afortunadamente nuestro cerebro no es similar a la memoria de una
computadora y no guarda información de la misma forma.
Toda empresa necesita disponer de datos lo más precisos posibles a los
fines de tomar decisiones más acertadas. Ello requiere de la documentación de
la información en forma organizada, coherente y que sea accesible fácil y
rápidamente y sólo es posible mediante documentación electrónica.
Con relación al clima, éste de por si genera incertidumbre y precisamente
con un plan de negocios lo que queremos es disminuir dicha incertidumbre.
¿Cómo disminuimos la incertidumbre climática?
Estudiando el clima de la/s última/s década/s, observando su tendencia.
Analizar si nos conviene asegurar
nuestras cosechas contra granizo, heladas y otros eventos climáticos con una
compañía de seguros solvente.
A su vez, frente a la volatilidad de los precios de nuestros productos,
podemos tomar cobertura en los mercados de futuros, tal como lo describimos en
otros informes.
En el caso que se prevea un año “niña”, el plan de negocios nos permitiría
saber con mucha antelación cuáles serían los proveedores a los cuales acudir en
caso de necesitar alimento para nuestra hacienda o cuáles serían los clientes, en el caso de tener que desprendernos de algunas cabezas, que nos comprarían
las mismas a precios convenientes y no esperar hasta último momento para
malvenderlas o, si sería conveniente sembrar pasturas que se adapten mejor a las condiciones de sequía, etc.
Es decir, prevemos con el tiempo suficiente los posibles sucesos que podrían acontecer y cuándo éstos ocurran, estaremos mejor preparados para afrontarlos.
También podríamos analizar la conveniencia de invertir en un equipo de
riego, por ejemplo, instalándolo por módulos o buscando la financiación que
mejor se adapte a nuestros ingresos.
Aunque lo comentado resulte obvio, muchas veces no se hace porque, por
ejemplo, por ser muy optimistas esperamos las salvadoras lluvias. Esto forma parte de
nuestra psicología y, en los negocios muchas veces, hay que dejar de lado los
sentimientos y regirse por los números. Cumplir un plan y ejecutarlo tal cual
lo diseñamos.
Debo reconocer que lo dicho en el párrafo precedente resulta muy fácil
escribirlo, pero es sumamente complicado llevarlo a la práctica.
Nunca necesité un plan de negocios
Ante todo, como se suele decir, “nunca digas nunca”.
Luego le diría, sin lugar a dudas, que con un “plan de negocios”, su
explotación agropecuaria hubiera sido más rentable de lo que fue.
Obviamente esto es incomprobable, pero créanme que es así.
Además, hoy los negocios son más complejos que décadas pasadas y si el administrador
de una empresa no prevé lo que pueda suceder en un futuro cercano -y no tan
cercano-, no efectúa un control de las actividades y no tiene información
precisa y en tiempo oportuno, seguramente tendrá muchas más dificultades que
antaño para alcanzar la rentabilidad de su explotación.
No nos olvidemos que el fin de una
empresa con fines de lucro, es no sólo obtener una ganancia por sus
actividades, sino que las mismas sean rentables, esto es que los recursos se utilicen
en forma eficiente y que la ganancia del período -normalmente anual- esté
acorde con el capital aportado a la explotación.
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